El Trasgu

El otro día iba caminando por la calle de Madrid, cuando crucé la calle Gran Vía, me encontré con un trasgu, que no era un trasgu como los demás, tenía una cola blanca, una barriga negra y una cara aplastada como si le hubiese pasado una apisonadora por encima del maldito personaje, yo según lo vi me puse a hablar con él, por cierto me cayó muy bien.

Él me dijo que no tenía casa, yo muy agradablemente le dije:

-Ven a mi casa allí te quedaras a dormir todos los días que haga falta.

Él me dijo:-Gracias yo te lo pagaré con una cosa que nadie te podrá regalar jamás.

Cuando llegué a mi casa le conté a mi madre todo lo que me había pasado con el trasgu.

Ella me dijo:-No pasa nada, tengo en tu habitación una cama que sirve para invitados VIP, como lo es este amigo tuyo.

Yo le conté:- yo soy huérfano, mi padre ha muerto en un accidente de coche, se ha estrellado contra un trasgu.

El trasgu llorando me dice:-Me parece que el trasgu con el que se ha estrellado tu padre es mi hermano, en ese accidente quedó herido y se tiro a la orilla de un río, donde allí le llevó hasta el mar.