jueves, 9 de febrero de 2012

Un viaje al Caribe



Érase una vez un día en el que yo y mi prima íbamos de vacaciones al Caribe. Cuando fuimos a coger el avión para allá, perdimos las maletas,  aunque luego las encontramos mientras estábamos en una sala esperando. Al subir al avión, vi a una amiga del pasado llamada Marylyn. Fue una casualidad porque ella también viajaba al Caribe. Al llegar al aeropuerto del Caribe llamado Piñacerrada, ella también estaba en ese hotel, y allí permanecimos los quince días. Cuando estábamos comiendo en el comedor del hotel, vimos una puerta misteriosa nos adentramos en ella, y allí vimos que los dueños del hotel tenían una granja. Nos estraño porque que hubiera una granja en el Caribe, pero nos entretuvimos, viendo las vacas, gallinas, pollos… Había una puerta que no se abría, y nos disgustamos mucho porque era un sitio muy pequeño y teníamos claustrofobia. Hicimos una cabaña allí dentro y teníamos de mascota doméstica a una gallina. A la mañana siguiente, delante de la granja, había un vaso de leche con un papel debajo que ponía: tomadlo si queréis salir de aquí. Nos lo tomamos y aparecimos en el comedor del hotel, no lo queríamos contar a nadie lo que nos había pasado. Estuvimos quince días allí. Y no nos volvió a pasar. A los quince días volvimos para Valencia y nunca más nos perdimos el contacto.
   
                                                FIN

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